time’s over…decía la canción 2


No sé si alguien alguna vez ha pensado en la muerte. Yo hoy me he visto obligada a pensar en ello. Y no en la muerte en sí, sino en la perdida que se sufre por ella. Time’s over…decía la canción.

La vida nos gasta una broma tras otra, por eso nunca le prestamos atención a la muerte. Hasta que la broma nos la gasta en el momento menos esperado. Un concierto, unos amigos y….la terrible llamada. Todo se rompe, todo se desmorona…y bueno…es la madre una amiga…qué hacer?? La terrible pregunta.

El miedo, la pena me ha paralizado. Señores, no sabía qué hacer, ni qué decir. Lo siento…Un abrazo, un beso…se ha muerto su madre…nada de lo que haga puede hacerla mejorar.

Pero…me siento vacía, como una mierda…

La muerte me ha tocado de cerca, pero en esos momentos es distinto. Cuando es algo tuyo, tú te reconfortas, tú piensas. Cuando el vacío es de alguien al que quieres…es distinto, es diferente. Es jodido, pero… no es tuyo. El problema surge cuando ves a alguien que quieres de verdad mal y sabes que nada puede hacerla mejorar, que nada de lo que digas o de lo que hagas va a cambiar la situación.

Porque la vida al fin y al cabo es un tesoro. Pero no la nuestra, sino la de quienes están siempre ahí. Porque la muerte no es dura para el muerto, sino para los vivos.

“El alma tiene ilusiones como el pájaro tiene alas; es lo que la sostiene.” Víctor Hugo

Acerca de Carmen_Grimaldi

Periodista, blogger, curiosa, observadora y adicta a todo tipo de comunicación 2.0 . La cultura y la tecnología son sus dos grandes pasiones, en la combinación de ambas encuentra el verdadero nirvana

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2 ideas sobre “time’s over…decía la canción

  • carmen

    Efectivamente, la muerte es parte de la vida. Sin muerte no habría vida. Pero no sé si es un ciclo o no. Yo no creo en la reencarnación. Sólo tengo una vida. Como bien dices, siempre hay un principio y un fin. Creer en la eternidad sería tan aburrido. El caso es que como seres humanos nos tenemos que enfrentar a la muerte, pero no a la nuestra. (En la mía quién quiera que haga una fiesta, no quiero llantos). Tenemos que aprender a encajar los duelos personales. Es peor un duelo, que la muerte en sí como tal.